La enfermedad de la tiroides se ha vuelto muy preponderante en el mundo actual, gracias a una variedad de factores de estilo de vida. Se estima que una de cada ocho mujeres entre los 35 y 65 años padece algún tipo de enfermedad de la tiroides — entre las cuales, la más común es la tiroides lenta.
Más de un cuarto de las mujeres que están en la premenopausia son diagnosticadas con hipotiroidismo, en la cual se produce una cantidad insuficiente de hormonas tiroideas.
Cada célula del cuerpo usa las hormonas de la tiroides, por lo que los síntomas pueden variar bastante. Por ejemplo, las hormonas tiroideas regulan el metabolismo y el peso corporal, al controlar la grasa que se quema para obtener energía y calor.
Las hormonas tiroideas también son necesarias para el crecimiento y desarrollo de los niños. Señalan la producción prácticamente de todos los factores de crecimiento en el cuerpo, como:
En las mujeres embarazadas, la hormona de la tiroides también está involucrada en la producción de prolactina, una hormona responsable de la producción de leche.
La mala función de la tiroidesha sido relacionada a una gran variedad de condiciones serias de salud, desde fibromialgiay síndrome del intestino irritable, a infertilidad, enfermedades autoinmunes y cáncer tiroideo.
Es por ello que es tan importante entender cómo opera la tiroides y qué puede ocasionar una disfunción.La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se encuentra en el cuello, justo debajo de la laringe o caja de voz. Es una glándula de dos pulgadas de largo y altamente vascular, que tiene dos lóbulos localizados a cada lado de la tráquea, conectados por un tejido llamado istmo.
Su tiroides es responsable de producir las hormonas principales del metabolismo, que afectan prácticamente todas las funciones de su cuerpo. Produce tres tipos de hormonas:
Las hormonas secretadas pro la tiroides interactúan con todas sus otras hormonas, como la insulina, cortisol y las hormonas sexuales, como los estrógenos, progesterona y testosterona.
El hecho de que todas estas hormonas estén unidas y en comunicación constante explica por qué un estado menos que óptimo de la tiroides está relacionado con tantos síntomas y enfermedades extendidas.
Casi el 90 por ciento de las hormonas producidas en la tiroides están en la forma de T4, que es inactiva. El hígado convierte la T4 en T3, la forma activa, con la ayuda de una enzima.
Actualmente, la T2 es el componente menos entendido de la función tiroidea y es sujeto de varios estudios que están en progreso.
Si todo funciona adecuadamente, generará lo que necesita y tendrá las cantidades correctas de T3 y T4, que controlan el metabolismo de cada célula de su cuerpo.
Si su T3 es inadecuada, ya sea por una producción escasa o por no convertir adecuadamente la T4, el cuerpo entero experimentará las consecuencias.
Es importante tener en cuenta que la disfunción de la tiroides es un problema complejo, con muchas variables y muchas casusas subyacentes potenciales, como las siguientes.
Si la disfunción de su tiroides es ocasionada por factores como estos, desintoxicarse y cambiar su estilo de vida para evitar las sustancias químicas que interrumpen la hormona, podrían ser los componentes claves para una intervención exitosa.
Algunos síntomas de hipotiroidismo (tiroides lenta) pueden ser los siguientes:
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La forma más común de diagnosticar la disfunción de la tiroides es midiendo cuánta hormona estimulante de la tiroides (TSH) excreta la glándula pituitaria. Cuando la tiroides no produce su hormona en niveles suficientes, la pituitaria envía TSH para estimular el aumento de su producción.
Por lo tanto, mientras más alto sea su nivel de TSH, es más probable que padezca hipotiroidismo. Sin embargo, mientras que el análisis de TSH se ha vuelto el estándar de oro para determinar el nivel de actividad de la tiroides, podría no ser completamente adecuado.
De acuerdo con el Dr. Raphael Kellman, médico integrativo en la ciudad de Nueva York, que se especializa en trastornos de la tiroides, muchos pacientes cuyo nivel de TSH entra en el rango "normal" aceptado, exhiben los síntomas clásicos de una tiroides lenta.
Como notó un artículo reciente de Epoch Times, el examen de TSH "frecuentemente malinterpreta lo que sucede en la tiroides y en la pituitaria". Parte de este problema es que el examen de TSH no revela la influencia de las sustancias interruptoras endócrinas, la cual puede causar estragos en la función hormonal.
Según afirmó el artículo mencionado:
"Para detectar un problema de la tiroides, un examen de TSH debe asumir que la señalización hormonal del resto del sistema funciona de forma normal. Ya que los interruptores endócrinos químicos podrían interrumpir muchos puntos en el sistema de señalización y no sólo en la tiroides, puede ser difícil identificar un desequilibrio tan sólo con el examen de TSH. Kellman dice que ésta es una gran razón por la que los análisis de sangre convencionales y los índices de referencia utilizados para detectar la anormalidad de la tiroides pueden ignorar los problemas reales".
"Tenemos que tener en cuenta que cuando se trata de interruptores endócrinos, los análisis de sangre pueden ser imprecisos. No es tan definitivo como cuando se observan los efectos del proceso autoinmune", dijo. "Podría no ser tan evidente en el examen de sangre. Y los exámenes de sangre incluso pueden parecer contradictorios".
En los casos en los que la TSH está dentro del rango normal y sin embargo están presentes los síntomas de una tiroides lenta, un análisis de estímulo de la hormona liberadora de tirotropina (TRH) puede brindar pistas adicionales.
Involucra una inyección de tirotropina (que es producida por la glándula del hipotálamo), en respuesta a la cual su glándula pituitaria libera en el torrente sanguíneo toda la TSH que tenía almacenada. El análisis de TRH básicamente le dice cuánta TSH contiene la pituitaria en total, a diferencia de la cantidad de TSH que libera en algún momento dado.
Si hay una cantidad alta de TSH almacenada en la pituitaria y aun así muestra niveles normales en el análisis de TSH, el análisis sugiere que hay un trastorno en la glándula pituitaria y la toxicidad subyacente podría ser parte del problema.
Como afirma el Dr. Kellman: "Las toxinas no tienen que llegar a niveles altos para afectar el delicado sistema, que es muy, muy vulnerable a la toxicidad. Especialmente la tiroides, la que creo que es el componente más vulnerable del sistema endócrino".
El Dr. Jonathan Wright, pionero en la medicina natural, también ha notado que los niveles elevados de T3 inversa (RT3)tienden a señalar la presencia de metales tóxicos. En su experiencia, la mayoría de las personas que tienen niveles elevados de RT3 verán que sus niveles vuelven a la normalidad después de someterse a la quelación de EDTA y DMPS, que extrae el cadmio, plomo, mercurio y otros metales tóxicos.
En esencia, la toxicidad por metales pesados puede ocasionar una forma funcional de hipotiroidismo. Como explicó previamente el Dr. Wright:
"Se sabe bien que el plomo y el cadmio interfieren con la producción de testosterona. Lo que no se conoce tanto es que los metales tóxicos estimulan la T3 inversa, así que aumenta. En efecto, podemos tener niveles tan altos, que sobrepasan por mucho la cantidad regular de T3. Y usted padecería funcionalmente hipotiroidismo incluso si sus niveles liberados de TSH y T3 son normales".
Para obtener una visión más amplia de la salud de la tiroides, recomiendo usar los siguientes análisis de laboratorio:
El yodo es fundamental para la salud de la tiroides y para el metabolismo eficiente. Incluso los nombres de las diferentes formas de la hormona de la tiroides reflejan la cantidad de moléculas de yodo que están unidas - la T4 tiene cuatro moléculas de yodo y la T3 (la forma biológicamente activa de esta hormona) tiene tres -- lo que muestra lo importante que es el yodo en la bioquímica de la tiroides.
Ya que el cuerpo no puede producir su propio yodo, debe obtenerlo de su alimentación. Desafortunadamente, estos días la deficiencia de yodo es extremadamente común:
Además de las deficiencias alimenticias, las toxinas también pueden afectar sus niveles de yodo al reemplazarlo. El yodo es miembro de una clase de elementos relacionados llamados "halógenos", en la cual se encuentran el bromo, el flúor y el cloro.
Cuando se reducen químicamente, se convierten en "halogenuros" (yoduro, bromuro, fluoruro y cloruro). La mayoría de las personas están expuestas a estos halógenos/halogenuros a través de los alimentos, agua, medicamentos y ambiente y estos elementos llenan selectivamente los receptores del yodo, lo que aumenta su déficit de yodo.
En Japón, la dosis diaria de yodo obtenida de la alimentación está en promedio entre los 2,000 y los 3,000 microgramos (mcg) o los 2-3 miligramos (mg) y hay razones para creer que esta podría ser una cantidad más adecuada que la cantidad diaria recomendadaNORMA OFICIAL MEXICANA NOM-038-SSA2-2002, PARA LA PREVENCION, TRATAMIENTO Y CONTROL DE LAS ENFERMEDADES POR DEFICIENCIA DE YODO.en México de 150 mcg.
Algunas personas argumentan a favor de una cantidad incluso mayor, como el Dr. Brownstein, quien recomienda consumir regularmente 12.5 miligramos (mg).
Recomendamos que sería prudente que la mayoría de las personas evitaran dosis tan altas, a menos de que se usen terapéuticamente y durante un periodo corto.
Personalmente, siento que la suplementación de una dosis de pocos mg, podría ser lo mejor para la mayoría. El yodo es particularmente importante para las mujeres embarazadas, ya que desempeña un papel importante en el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso del bebé. Las investigaciones sugieren que tener una cantidad suficiente de yodo durante los primeros meses de embarazo puede mejorar el IQ del bebe cerca de 1.25 puntos.
Algunas buenas fuentes de yodo son:
Cuando se trata de hormonas tiroideas, tiene dos grandes opciones:
Una de las partes más difíciles del reemplazo de la hormona de la tiroides es encontrar la dosis ideal. Esto generalmente requiere la modulación fina durante un periodo, con análisis de sangre regulares para observar cómo afecta la dosis sus niveles de hormonas tiroideas y para monitorear los síntomas.
Dos señales clave de que está tomando demasiada hormona son la sudoración excesiva y el latido rápido o palpitaciones. Si tiene cualquiera de estos dos síntomas, está consumiendo demasiada hormona y necesita disminuir su dosis.
También vale la pena hacer notar que en algunos casos, si está al límite del hipotiroidismo, podría tan sólo necesitar un suplemento de yodo, en vez de un reemplazo de hormona tiroidea. Aun así, incluso con los medicamentos para la tiroides, algunas personas no ven grandes mejoras en sus síntomas y hay una variedad de razones por las que esto ocurre.GreenMedInfo habló recientemente sobre este problema y dio varias razones potenciales por las que su medicamento para la tiroides no le brinda el alivio que esperaba. Entre estas encontramos:
Cuando su cuerpo produce demasiada hormona de la tiroides, termina con una condición llamada hipertiroidismo. Mientras que una tiroides demasiado activa es mucho menos común que una lenta, puede ser una condición muy seria.
Para empeorar las cosas, las opciones convencionales de tratamiento generalmente involucran el uso de yodo radioactivo, el cual es un desastre, o la cirugía. De acuerdo con el Dr. Jonathan Wright, podría haber una opción mucho mejor y más segura: una combinación de yodo y litio.
Este tratamiento fue originado por el Centro Médico Militar Walter Reed (WRAMC, por sus siglas en inglés), en su departamento para la tiroides. Hace más de dos décadas, The Mayo Clinic también publicó un ensayo en el que el litio disminuyó en solo 10 días los niveles anormalmente altos de T3 y T4. Sin embargo, no funcionó en todas las personas.
De acuerdo con el Dr. Wright, el sistema de Walter Reed es profundamente efectivo, pues falló en sólo dos casos de los 40 que ha tratado. Se puede lograr regresar los niveles de T3 y T4 a la normalidad en menos de dos semanas. En resumen, el tratamiento es de la siguiente manera:
Se pueden escribir libros enteros, y ya se ha hecho, acerca de los detalles de la salud y disfunción de la tiroides. En el mejor de los casos, este artículo es un resumen de los factores más comunes a considerar.
Para empezar, sugiero realizarse un panel tiroideo completo (TSH, T3, T4 y anticuerpos tiroideos) para descartar un problema autoinmune (enfermedad de Hashimoto). Si padece la enfermedad de Hashimoto, su tratamiento necesitará estrategias que aplican para la mayoría de las enfermedades autoinmunes, como optimizar su vitamina D y su salud intestinal, así como tratar las fuentes de inflamación.
En los casos más complejos, en los que hay síntomas a pesar de los niveles "normales" de TSH, observar un análisis de estimulación de la hormona liberadora de tirotropina y T3 inversa (RT3) puede brindar pistas adicionales, como indicaciones de una toxicidad subyacente que requiere un protocolo de desintoxicación. Si este es el caso, un protocolo de desintoxicación debe formar parte de su tratamiento.
Luego, evalúe cualquier deficiencia nutricional potencial, como de yodo, selenio, calcio y hierro. También considere la exposición a las sustancias químicas que reemplazan el yodo, como el bromuro, fluoruro y cloruro. El agua del grifo sin filtrar y los alimentos procesados son los culpables principales de estas tres sustancias químicas.
Esto es importante, ya que podría no ser suficiente añadir más yodo, sino que también podría necesitar eliminar estas sustancias que reemplazan al yodo. Un estudio ruso realizado en 2005 encontró que incluso un mayor consumo de yodo fue insuficiente para contrarrestar los efectos adversos de la exposición excesiva al fluoruro, en la glándula tiroides de los niños.
Y por último, aunque no por ello menos importante, si su tiroides realmente es lenta, necesitará tomar hormona tiroidea. Le recomiendo usar hormonas tiroideas bioidénticas, pero como se afirma en mi Investigación del Dr. Jonathan Wright, en algunos casos de enfermedad de Hashimoto, podría ser más recomendable usar una hormona T4 sintética, al menos al inicio del tratamiento.
En este punto, generalmente es necesario monitorear sus síntomas y evaluar sus niveles de hormonas tiroideas en intervalos regulares, para encontrar la dosis correcta. La tiroides demasiado activa (hipertiroidismo) es un problema mucho menos común, pero si es uno de los desafortunados que lo padecen, le recomiendo revisar con su doctor el régimen del Dr. Wright.Su salud se ve amenazada por todas las direcciones. Estamos rodeados de toxinas ambientales, alimentos ultraprocesados, campos electromagnéticos, organismos transgénicos (OGM) subsidiados por el gobierno y una variedad de otros peligros. Es simplemente imposible protegerse a menos que cuente con información saludable de vanguardia.
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Referencias: